Ayer fui a la casa del Seba. Cuando llegué, él escarbaba la tierra con las manos buscando una bolita . No le pregunté nada, sólo me dediqué a observar la canica. Sentí mucha nostalgia porque me trajo recuerdos de mi niñez.
Tuve mil canicas de todos los colores y tamaños. Mi papá me ayudaba a conseguirlas. Jugaba con mis amigos del barrio, casi siempre les ganaba y así conseguía cada vez más…¡Era tan entretenido!
Pienso. ¿Dónde habrá ido a parar mi colección? No lo sé.
Sólo sé que ese día jugué con el Seba a las canicas y tuve la tarde más entretenida que no había tenido en años.
Ingrid Rivera, Fotografía Publicitaria
Tuve mil canicas de todos los colores y tamaños. Mi papá me ayudaba a conseguirlas. Jugaba con mis amigos del barrio, casi siempre les ganaba y así conseguía cada vez más…¡Era tan entretenido!
Pienso. ¿Dónde habrá ido a parar mi colección? No lo sé.
Sólo sé que ese día jugué con el Seba a las canicas y tuve la tarde más entretenida que no había tenido en años.
Ingrid Rivera, Fotografía Publicitaria
2 comentarios:
Por fin el primer texto, muchachos y muchachas. Y nada, ahora es el turno de los lectores de comentar y expresarse...
El hielo está roto y el fuego (y juego) abierto.
Saludos y felicitaciones a la Ingrid que es la primera valiente. Se agradece el recuerdo.
El profe.-
bellos recuerdos.
en algún lugar quedaron esas "canicas", ahora la idea es seguir adelante con nuevas colecciones.
pd: los muertos, muertos están. el pasado sólo eso es.
la-inocencia-nunca-es-buena.blogspot.com
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