jueves, 22 de mayo de 2008

Promesa número uno

No era que fuese el primero, ni mucho menos el último, sin embargo, era el más esperado por mucho tiempo. Desde kilómetros atrás, se podía ver el abrazo previo al olor de sus labios.

Y no pasaron muchos segundos entre lo uno y lo otro, mas dentro de él, los minutos no lo tocaban…y forzaron a los segundos a frenar con un beso.

Y así estiramos el tiempo entre mi aliento y el suyo.

El espacio y el tiempo, simplemente parecían no existir. Reposábamos en cortas y tímidas miradas, que hablaban sobre lo mucho que se deseó ese momento, ese abrazo y ese beso.

En una mezcla de latidos, seguíamos el ritmo de estos compases al rozar nuestros dientes, embargados por la emoción del reencuentro. Y con sus labios aferrados a los míos, como si no se fueran a ver más, sellamos la promesa e retomar nuestro andar.
Miguel Rodríguez, Fotografía Publicitaria

1 comentario:

Javiera Alfaro Nash dijo...

...Y nos dejamos llevar por líneas desconocidas. Hasta que le dibujamos un rostro a las palabras, creando una suerte de negativo versus positivo, para "estirar el tiempo" en una nueva imagen. Un experimento interesante...

J